Cómo pasar de dos siestas a una: una guía suave para el cambio
El paso de dos siestas a una es un gran hito en el sueño de tu bebé. Puede dar un poco de respeto: un día parece que la siesta de la mañana es imprescindible, y al siguiente sientes que está descolocando todo el día.
La buena noticia es que este cambio es totalmente normal, no tiene por qué ser estresante y no existe una edad “correcta” para todo el mundo. Se trata de encontrar lo que mejor funciona para tu bebé.
¿Cuándo suelen dejar la siesta de la mañana?
La mayoría de los bebés pasan de dos siestas a una entre los 12 y los 18 meses.
Algunos lo hacen un poco antes, otros bastante después. Las dos cosas pueden ser totalmente normales. Lo más importante no es la fecha en el calendario, sino cómo lleva tu bebé su rutina actual de siestas y cómo están sus días y sus noches en general.
Signos de que tu bebé puede estar listo/a para dejar la siesta de la mañana
No hace falta adivinar. Muchas veces los bebés nos dan señales bastante claras de que dos siestas ya son demasiadas:
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Tarda mucho más en dormirse en la siesta de la mañana
Se queda despierto/a en la cuna, charla, juega o protesta durante un buen rato antes de dormirse. -
Protesta más a la hora de la primera siesta
Llora más, rechaza la siesta, la va retrasando… o simplemente parece muy despierto/a cuando intentas acostarle/la. -
La siesta de la mañana retrasa demasiado la siesta de después de comer
Cuando por fin se duerme por la mañana, es tan tarde que se come el horario en el que normalmente tendría sueño para la siesta de mediodía. Todo el día se va corriendo hacia más tarde. -
Cualquier ratito de sueño por la mañana afecta a la siesta de después de comer
Incluso una siesta corta puede hacer que:-
Tarde mucho más en dormirse a mediodía, o
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Duerma menos de lo que realmente necesita.
Y si intentas que recupere ese sueño en la siesta de mediodía, la consecuencia suele ser una hora de acostarse más tardía o más peleas para dormirse por la noche.
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Despertares muy tempranos por la mañana
A veces levantarse cada vez más pronto puede ser una señal de que tu bebé ya no necesita esa siesta larga de la mañana. Sus necesidades totales de sueño en 24 horas suelen mantenerse parecidas, así que cuando sobra sueño de día, a menudo se nota primero en la noche.
Si te reconoces en varios de estos puntos, puede que sea buen momento para experimentar, de forma suave, con acortar, y luego retirar, la siesta de la mañana.
No hace falta quitar la siesta de golpe
Aunque sospeches que tu bebé está preparado/a, no hace falta pasar de dos siestas a una de un día para otro. De hecho, la mayoría de las familias encuentran mucho más fácil un enfoque progresivo y gradual.
Puedes empezar así:
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Retrasa un poco la siesta de la mañana
Muévela 15–30 minutos más tarde para que llegue con más sueño real. -
Despiértale a la misma hora de siempre
Aunque se duerma más tarde, despiértale a la hora a la que solías hacerlo. Poco a poco, la siesta se irá acortando.
Con unos días, esta siesta de la mañana puede convertirse en una especie de mini-siesta puente: un ratito corto de sueño que le ayuda a llegar a la siesta de después de comer sin estar completamente agotado/a.
En muchas familias, este “puente” acaba siendo de solo 5–10 minutos, sobre todo hacia el final de la transición.
Este pequeño top-up de sueño puede ser:
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En casa, en la cuna, o
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Fuera de casa – a veces la única forma de conseguir ese mini-sueño es en el carrito o en el portabebés. Incluso 10 minutos de siesta mientras estáis fuera por la mañana pueden marcar la diferencia para aguantar hasta la siesta de mediodía.
Pasar a una sola siesta al mediodía
Cuando veas que tu bebé aguanta bien con una mini-siesta de puente, o empieza a saltársela, puedes probar a retirar por completo la siesta de la mañana.
Para que el cambio sea más llevadero:
1. Adelanta un poco la hora de la comida (al menos al principio)
Sin siesta de la mañana, a tu bebé le resultará más difícil llegar a la hora habitual de comer. En los primeros días de transición puede ser útil:
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Ofrecer la comida un poco antes, o
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Dar un snack a media mañana y dejar la comida principal para después de la siesta (cuando se haya despertado bien).
Recuerda que un bebé agotado suele comer peor. Adelantar un poco la comida o cuidar ese tentempié puede evitar que llegue con hambre y exceso de sueño.
2. Adelanta también la siesta de mediodía
Al principio seguramente no aguantará hasta la hora habitual. Es muy normal:
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Ofrecer la siesta más pronto durante un par de semanas mientras su reloj interno se adapta.
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Y luego ir retrasándola otra vez, poco a poco, hacia el horario que te gustaría tener a largo plazo.
3. Sé flexible con la hora de acostarse
Durante esta transición es posible que notes que:
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Tu bebé llega muy cansado a última hora de la tarde, o
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La siesta de mediodía es más corta de lo ideal mientras se acostumbra al nuevo ritmo.
En esta etapa es totalmente válido, y a menudo muy útil, adelantar la hora de dormir por la noche. Es algo temporal. A medida que la siesta única se vaya consolidando (para muchas familias alrededor de 1,5–2,5 horas, aunque es muy individual), podrás ir ajustando la noche de nuevo.
¿Y si el sueño se descontrola un poco?
Es muy normal que haya unos días o semanas algo revueltos mientras el cuerpo de tu bebé se adapta.
Puedes ver:
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Algunos despertares tempranos
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Una siesta de mediodía más corta de lo habitual
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Un bebé un poco más sensible, pegado a ti o llorón al final de la tarde
Esto no significa que lo estés haciendo mal. Normalmente quiere decir que sus necesidades de sueño están cambiando y su cerebro está reajustando el ritmo.
Puedes:
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Mantener los días lo más tranquilos y previsibles posible
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Ofrecer una hora de acostarse más temprana cuando haga falta
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Volver a usar esa mini-siesta de 5–10 minutos en días especialmente duros, incluso aunque en teoría ya hayáis “quitado” la siesta de la mañana
Además, si tu bebé está enfermo, con mucha molestia por los dientes o en pleno salto de desarrollo, es totalmente válido ser flexible. Puedes ofrecer algo más de sueño de día de forma temporal y, cuando esté mejor, retomar poco a poco la rutina de una sola siesta.
¿Puede afectar a las noches no ajustar las siestas?
Sí, a veces. Cuando las siestas se quedan igual pero las necesidades de sueño han cambiado, es frecuente ver:
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Despertares largos en mitad de la noche
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Despertares muy tempranos por la mañana
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Un bebé que llega a la noche demasiado despejado y tarda mucho en dormirse
Muchas veces esto se debe a que en 24 horas está durmiendo más de lo que necesita, o a que los horarios ya no encajan bien con su reloj interno. Ajustar las siestas puede marcar una diferencia importante en el sueño nocturno.
Una guía muy general de tiempos despierto/a
Cada bebé es diferente, pero como referencia muy general:
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Antes del cambio, muchos bebés con dos siestas aguantan alrededor de 3–3,5 horas despiertos entre sueños.
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Después del cambio, muchos bebés con una siesta pasan a 4,5–5 horas despiertos alrededor de esa siesta.
No son normas, solo orientaciones para ayudarte a valorar si quizá el día tiene demasiado sueño… o se está quedando un poco corto.
Para terminar: lo estás haciendo mejor de lo que crees
Los cambios de siestas se sienten grandes. Es fácil dudar, compararse con otros bebés o pensar que “ya has estropeado el sueño”. La realidad es que:
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No hay una edad perfecta para pasar a una siesta.
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Habrá días que salgan redondos y otros que sean un caos.
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Probar, ajustar y volver a probar es totalmente normal.
Si escuchas a tu bebé, observas cómo lleva el día a día y haces cambios pequeños y suaves en lugar de cambios bruscos, estás haciendo exactamente lo que necesita.
Y si esta transición se te está atragantando, o las noches se han vuelto imprevisibles con despertares largos o madrugones, no dudes en pedir ayuda. Estamos encantados de acompañarte en este proceso y ayudarte a encontrar un ritmo que funcione tanto para tu bebé como para ti.
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